Article scientifique
Gregory A. Smith
Smith, G. (2019). Pedagogía de Base Local [Place-Based Education] Oxford Research Encyclopedia of Education.
La pedagogía de base local se centra en el desarrollo y la instrucción curriculares que dirigen la atención de los estudiantes hacia la cultura, los fenómenos y las cuestiones locales como base de al menos parte del aprendizaje que adquirirían en la escuela. También se la conoce en inglés por el equivalente a «educación fundamentada en el lugar y en la comunidad», o como «aprendizaje consciente del lugar». Además de preparar a los estudiantes académicamente, los maestros que adoptan este método de enseñanza lo presentan de una forma íntimamente ligada tanto a la protección del medio ambiente como al desarrollo de la comunidad. Estos dos últimos aspectos son preocupaciones primordiales de la educación para la sostenibilidad. Su propósito es fomentar en los jóvenes el deseo y la capacidad de convertirse en ciudadanos comprometidos con el bienestar de las comunidades tanto humanas como con el de aquellas más que simplemente humanas de las que forman parte. La creencia central de este enfoque educativo es que los niños de cualquier edad son capaces de contribuir de una manera efectiva a la vida de los demás y que, haciéndolo así, aumenta su deseo de aprender y su conocimiento de las capacidades propias para constituir un factor de cambio. Cuando se pone en práctica de manera eficaz la educación de base local, tanto los estudiantes como las comunidades se benefician, y sus maestros suelen encontrar un sentido renovado de satisfacción profesional y social. En muchos aspectos, la educación de base local no tiene mucho de nuevo, pues se trata de un intento por recuperar elementos del proceso de aprendizaje que la mayoría de los niños tenían antes de que se inventara la escuela. A lo largo de la existencia de la humanidad sobre la faz de la tierra, los niños han aprendido de sus propias experiencias en los lugares y comunidades en las que vivían: exploraban su entorno con sus compañeros, imitaban las actividades de los adultos, participaban en ceremonias culturales y religiosas, y escuchaban las conversaciones e historias de sus familias y vecinos. La mayor parte de este aprendizaje era informal, aunque en momentos importantes de cambio, tales como la pubertad, los ritos de iniciación les proporcionaban una formación más directa acerca de la comprensión de la comunidad con respecto al mundo y a las responsabilidades del adulto. De esta manera, los niños crecían y llegaban a ser miembros competentes de la sociedad a la que contribuían, capaces de cuidarse a sí mismos y a los demás de maneras que sostuvieran la comunidad de la cual formaban parte. Este resultado, centrado tanto en el individuo como en la sostenibilidad de la comunidad, es la meta de la educación de base local. Es importante reconocer que, durante las décadas pasadas, una amplia gama de innovaciones pedagógicas ha anticipado o incluido elementos de la educación de base local: la enseñanza al aire libre, la instrucción cívica, la educación de la comunidad, la educación ambiental y la educación para la sostenibilidad. La diferencia entre la educación de base local y muchas de estas modalidades es el enfoque específico en el ser humano y en el entorno natural, su preocupación por cuestiones de igualdad y justicia social al igual que del medio ambiente. No todos los programas que se denominan a sí mismos «de base local» incluyen estos elementos ni tampoco incluyen oportunidades para que el estudiante participe en proyectos que beneficien a los demás y al mundo natural. Esto, sin embargo, constituye el ambicioso objetivo al cual aspira la educación de base local, y esto es también lo que la diferencia de otros enfoques similares.
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