Catálogo de proyectos educativos

Participación en el Coloquio « Extractivismes : processus, critiques et alternatives » del 90º Congreso de l’Association francophone pour le savoir (Acfas), 2023.

Rolando Iván Magaña Canul

24 de noviembre de 2024

Participación en el Coloquio « Extractivismes : processus, critiques et alternatives » del 90º Congreso de l’Association francophone pour le savoir (Acfas), 2023. 

Benoit Éthier; Annette Dubé; Sipi Flamand, Janis Ottawa; Héctor Torres; Julio Parra; Rolando Iván Magaña Canul 

Integrantes del proyecto ASEI expusieron sobre el extractivismo en los territorios indígenas de Canadá, Chile y México. Los efectos de las actividades extractivas se sienten cotidianamente entre las poblaciones que habitan estos territorios. De cierto modo, el extractivismo se relaciona con la violencia ontológica, el epistemicidio, la desposesión y el saqueo experimentados en diversas regiones del mundo. Las consecuencias del modelo extractivista impactan a la humanidad en su conjunto y, en particular, a los pueblos indígenas por los recursos naturales comprendidos en sus territorios. La conservación de estas riquezas en minerales y biodiversidad se deben fundamentalmente al mantenimiento de las epistemologías relacionales en los pueblos indígenas; es decir, a las concepciones de interdependencia con la tierra, los animales, el entorno natural, las generaciones pasadas y futuras, así como con otras personas y comunidades con las que se interactúan. El extractivismo entonces pretende cortar esa compleja relación de los pueblos indígenas con sus territorios y la memoria colectiva que está en la base de sus identidades. 

En Québec, Canadá, los Atikamekw Nehirowisiw defendieron recientemente su territorio ancestral (Nitaskinan) frente a la incursión de una compañía forestal. El área en disputa, un lugar donde los Atikamekw Nehirowisiwok se proveen del jarabe de arce, se encuentra bajo el resguardo de una familia de la comunidad de Manawan. La colecta y transformación de la savia del arce azucarero forman parte de una práctica sagrada y protegida entre los Atikamekw Nehirowisiwok. Por consiguiente, la lucha por preservar esta parte del territorio ancestral es una manera de honrar la memoria de sus ancestros y de respetar la responsabilidad y contribución de otras familias y de generaciones futuras. La batalla ha sido dada en dos frentes. Primeramente, se implementaron medidas de armonización. Ante la señal de no respeto a los intereses indígenas, también se redactó una solicitud de cese a cualquier actividad forestal en la zona. En segundo lugar, varias familias atikamekw nehirowisiok levantaron un campamento por casi un año para exigir una moratoria a partir de febrero de 2022. Después de un largo periodo de negociaciones, el gobierno y la compañía reconocieron su error, pero sin consecuencias jurídicas o económicas en beneficio de la nación atikamekw nehirowisiw. 

En el sur de Chile, los Mapuche experimentan una realidad similar a la nación atikamekw nehirowisiw frente a empresas forestales y frutícolas en su territorio ancestral (Wallmapu). El corte de árboles y la expansión de plantaciones frutales para la exportación generan la pérdida de biodiversidad y obstaculizan la continuidad de sus prácticas tradicionales. Coincidentemente, los niveles de pobreza son más altos en las zonas donde se implantan las actividades extractivas. Las comunidades mapuche son prácticamente cercadas por las plantaciones forestales y frutícolas. Por lo anterior, existe un fuerte interés en la recuperación de los saberes mapuche basados en la tierra. Con apoyo de investigadores, estudiantes, educadores tradicionales y profesores los Mapuche están sistematizando las formas de utilización de sus territorios. Esta acción contribuye a la defensa de los recursos indispensables para su supervivencia física y espiritual, tal y como son los ríos amenazados por la contaminación de la industria frutícola. El calendario socio-natural que los Mapuche han construido comprende al menos 29 practicas relacionadas con el aprovechamiento variado del territorio ancestral. Los usos del territorio se clasifican en actividades productivas, sociales, espirituales, recolección, cuidado y preparación. En conjunto, las actividades del calendario socio-natural se distancian de la racionalidad extractivista de las empresas forestal y frutícola. Con la sistematización y recuperación de los saberes ligados a la tierra los Mapuche buscan reforzar su autonomía, tener mayor control sobre el territorio y revindicar sus conocimientos. 

En el sur de México, los Mayas defienden su territorio contra el extractivismo “energético”. La manera en que se implantan los parques de energía eólica y solar desconoce los derechos y los saberes ancestrales del pueblo maya sobre su territorio. Ante ello, los Mayas se organizan al interior de sus comunidades para exigir mayor conocimiento y participación en este tipo de proyectos. Del mismo modo que la extracción de madera y la producción de frutas en los casos de Canadá y Chile, en México el efecto más inmediato de la construcción de los parques eólicos y solares es la imposibilidad de que los habitantes de las comunidades mayas mantengan su relación cotidiana y espiritual con sus territorios. No obstante, algunos grupos han comenzado a crear estrategias para revindicar sus conocimientos territoriales.  

Los casos expuestos en el coloquio sobre extractivismo confirman la falta de protección estatal en los territorios ancestrales, pero también la violación a los lineamientos nacionales e internacionales en materia de derechos indígenas por parte de los representantes de las empresas extractivas. Las actividades extractivas invisibilizan otros usos posibles de los territorios y el rol de los indígenas en la conservación del medio ambiente. Ante este panorama, los Atikamekw Nehirowisiw, Mapuche y Mayas intentan recuperar sus saberes territoriales para transformarlos en pedagogías descolonizadoras acordes a sus propias epistemologías. Para lograr este objetivo se requiere la solidaridad externa y la unidad entre familias y comunidades indígenas. Aquí radica el éxito de la participación de los integrantes del equipo PSEA en este tipo de espacios científicos.